sábado, 4 de septiembre de 2010

Desguace / chino / resaca

Ayer llevé el coche al desguace. Cuarentaicinco rublos me dieron por él. Estoy seguro de que podría haber llegado a los cincuenta, pero he leído en alguna parte que un caballero jamás regatea.
Luego, por la noche, estuve bebiendo con los amigos hasta las dos de la madrugada. Ahora tengo resaca, y no puedo quitarme de la cabeza la imagen de Angelito sentado a la puerta del chino de la Gavidia, posando como si fuera el dueño del establecimiento ante la mirada un tanto asombrada de la dependienta. Esta imagen, y la del Polo abandonado en el cementerio de automóviles.
(Es así como vamos fabricando nuestros recuerdos para futuras veladas.)

3 comentarios:

Jordi dijo...

Ls recuerdos también se pueden inventar. Son casi mejores.

C. B. dijo...

"Ya sé que estos recuerdos no son alegres ni significativos", etc.

ossip dijo...

Sí, y los famosos recuerdos inventados del gran Vila-Matas...