domingo, 27 de mayo de 2018
Tiempo de silencio
Ni libros (busqué consuelo en las Meditaciones de Marco Aurelio, pero fue inútil y aun perjudicial; extrañamente, solo hallé en ellas una especie de angustia fría y homicida), ni música, ni cine, ni siquiera tebeos (incapaz de leer El Incal). Nada excepto este reconcome, estos pensamientos obsesivos, estos rituales demenciales y auténticamente criminales. Se sabe que todo esto pasará, porque sencillamente no se puede vivir así y yo debo seguir viviendo; estoy, estamos todos obligados a ello. Pasará, digo yo, como pasa todo en la vida. Y dentro de algún tiempo nos preguntaremos qué era aquello y por qué nos angustiaba tanto. La mejor perspectiva siempre la obtenemos situándonos más allá del hoy y del mañana inmediato; no desde el aquí y el ahora, sino desde donde quiera que estemos (física y emocionalmente) dentro de algunos años... Y ya basta, ¡o acabaré pareciéndome a Marco Aurelio! En el fondo solo quería saludar.
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