1976: El 5 de marzo escribo en mi diario: "Estoy muy cansado y algo abombado pero no solo estos días sino todos o casi todos los días no es que sea tonto sino tranquilo." Y el 14 de marzo: "...me entretenía con cosas antiguas que me trajo mi tía." Y el 15 de marzo: "Estoy algo extrañado." La enfermedad de mi madre nos obliga a mudarnos a casa de mis abuelos, en la calle Atienza. Acompaño a mi madre a sus sesiones de psicoanálisis con un psicoanalista argentino auténtico. Veraneo en Sanlúcar de Barrameda. El bañador estampado con dibujos de Lucky Luke. Leo a escondidas un interesante artículo (ilustrado) sobre el nudismo. Considerando que la educación que recibo en los Calasancios no está a la altura de lo que se espera de mí, mis padres me llevan al San Francisco de Paula, y ya van cinco colegios en ocho años de vida. Yo, como siempre, me dejo hacer. Don Juan Plata (John Silver), el profesor, se divierte golpeando el culo de los niños con el brazo suelto de una silla. Aparte de esto es un gran cristiano, como él mismo se encarga de decirnos.
1977: La teoría de conjuntos y los bloques lógicos me dan náuseas. Me aprendo de memoria el Trujamán. Sigo siendo el alumno ideal gracias a una fuerza de voluntad y a una confianza en mí mismo de las que hoy carezco por completo. En la tele echan Curro Jiménez. La música de Curro Jiménez me pone como una moto, sólo con oírla me dan ganas de echarme al monte. En mi clase no hay niño que no tenga su propia navaja (de plástico, naturalmente, comprada en La Casa de los Plásticos de la calle Jerónimo Hernández) y en el recreo jugamos a darnos navajazos con el chaleco enrollado en un brazo, como los bandoleros. La fiesta no dura demasiado, sin embargo. Un mal día, por orden de la dirección, don Juan Plata nos requisa las navajas. Unas cuarenta navajas amontonadas sobre la mesa del profesor. Hago la primera comunión disfrazado de Nino Bravo. Cuando el cura me mete la hostia en la boca, me pregunto si seré digno de recibir al Señor en mi aparato digestivo. Elecciones generales. Me declaro demócrata y cristiano. Vacaciones en Torremolinos. Se me muere Elvis Presley, de quien tengo varios discos que no puedo oír porque en casa no hay tocadiscos, para oírlos tengo que ir a casa de mi tía Carmela y pincharlos en su picú. Empiezo cuarto de EGB. El profesor, don Enrique Sojo, es un joven izquierdoso que nos hace copiar poemas de Antonio Machado.
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