Todavía duermo con la ventana abierta. En el silencio de las cinco de la madrugada resuena la risa espeluznante del Hombre del vino. No es la risa de un hombre que ríe, sino otra cosa, una risa acuñada en otra parte. La risa de un loco de remate, para decirlo de una buena vez.
—¡Ajaaaja! ¡Ajaaaja!
Después de la risa viene la consabida retahíla:
—María Fernanda, te llaman de la comandancia. ¡Ojú, como se entere tu padre! —etcétera, etcétera. Para cada personaje el Hombre del vino pone una voz distinta. Parece como si hubiera cuarenta personas hablando en la calle.
Qué noche más entretenida. Cómo me gustan estas delirantes madrugadas de risa y radionovela. Y qué caro está todo.
6 comentarios:
El hombre del vino... Suena bastante mejor que borracho.
Tu hombre del vino es como aquel personaje de Vila-Matas, no recuerdo de qué libro, que, imitando diferentes voces, simulaba dar fiestas en su casa para desespero de los vecinos. Enm cualquier caso, tienes suerte, en casa no podemos abrir las ventanas por la noche, parece que todos los basureros de la ciudad y sus camiones se reúnen ante mi portal para debatir vete a saber qué tema.
larga vida al Hombre del vino.
Como Emilio el loco.... sin vino, ya tuvo bastante LSD en su día....
O como Vicente, tu recuerdas a Vicente, el del canasto? Entrañable personaje de la noche sevillana, sí....adoro a los hombres del vino....
Es que ES Emilio el loco!
Y claro que me acuerdo de Vicente, con el canasto de chucherías colgado del brazo y mirando dentro de los coches que pasaban por su lado haciendo visera con la mano... Niña, un diez.
Vaya!!!!! Es que tu y yo somos del mismo barrio.... quiero decir que yo he vivido allí muchos, muchos años.... y ya se sabe que los locos son animales de costumbres porque no dejan de ser hombres....
Tengo muchísimas historias coleccionadas de Emilo... es mi loco favorito.
En cuanto a Vicente.... le regalaba las chucherías a las niñas guapas.....
Besos
Publicar un comentario