domingo, 27 de mayo de 2012

Animals versus Tuna

Cómodamente arrellanados en la butaca, mi hijo y yo escuchábamos por cuarta o quinta vez Don't let me be misunderstood, de los Animals, cuando de repente una algarabía de bandurrias, panderetas y voces engoladas vino a turbar sin la menor consideración nuestro arrobamiento.

—¿Qué es eso, papá?

—La tuna, hijo. La tuna que pasa.

Mi hijo saltó de mis rodillas y fue corriendo al balcón. Súbitamente inspirado, gritó con todas sus fuerzas:

—¡A callar, borrachos!

No, no se callaron, siguieron cantando Clavelitos o lo que fuera aquello. Las bandurrias echaban fuego. Eric Burdon se desgañitaba inútilmente en los altavoces. Pero yo estaba... ¿cómo decirlo? Yo estaba totalmente henchido de orgullo paterno. Y espero, oh Señor, que no se me malinterprete.

5 comentarios:

SBP dijo...

El señor tenga en su gloria a los Animals... Que para la música mala debe existir algún tipo de infierno. ¡Espero no tener que soportarla toda la eternidad! Motivos de orgullo tienes...

M. dijo...

¡Qué jovencito más juicioso!

Unknown dijo...

i guess your kid's just a soul whose intentions are good! qué chico! jaja

Másdelomismo dijo...

Con esa canción y con molina de la creedence clearwater revival me dormía mi madre cuando pequeña... y al final no soy como a ella le hubiera gustado que fuera... eso sí, mi madre y yo estamos de acuerdo en odiar profundamente a los tunos...

Jordi dijo...

¡Ah, la tuna! Qué recuerdos de esos tiempos en los que se podían usar armas de fuego por las calles. Y qué grandes los Animals, en especial el misunderstood.