Con mi hijo en una exposición de grabados. Para el recuerdo: un elefante peludo perpetrado por Goya y el cómico cuello de ganso que exhibe cierta dama inmortalizada por Durero, cuya escandalosa fealdad no casa en modo alguno con el visible arrobamiento del galán que la acompaña en su paseo campestre. "Él está ciego de amor" o bien "ella tiene mucho dinero" fueron las únicas explicaciones que se nos vinieron a la cabeza. En cuanto al elefante, nos quedó perfectamente claro que Goya no había visto un elefante en su vida. Ni de lejos, vaya.
3 comentarios:
De manera que Goya "perpetra" y Durero "inmortaliza". Matices...
Un desconcertante rinoceronte me distrajo y ya no supe qué comentar aparte de que me hizo mucha gracia lo que escribiste. Saludos.
Inmortalizar a un elefante sería difícil, a menos que sea un elefante famoso, como Dumbo. Perpetrar a una dama... Pues bueno, a mí no me haría mucha gracia el uso del verbo, vaya.
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