Las palabras asesinato y sumario, escritas por el fiscal de su puño y letra en el informe cuya fotocopia tengo sobre mi mesa y subrayadas en rojo por mi mano. Si el abogado de la acusación particular (yo) ha quedado impresionado por la sola lectura de estas dos palabras, me pregunto qué sentirá la imputada cuando sepa que va a ser procesada por asesinato, aunque sólo sea en grado de tentativa. Esto último, por suerte para mi amigo A, dicho sea de paso.
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