jueves, 11 de febrero de 2010

EL HOMBRE DE LA MASCOTA

Desde hace más de veinte años el hombre de la mascota se planta cada mañana en una esquina de la plaza del Duque (ahora) o de la Campana (antes) y ahí se pasa las horas sin apenas variar de postura, siempre de pie, firme, callado y con la vista al frente. No habla con nadie, no mira a nadie, no se quita la mascota de fieltro aunque haga cuarenta grados a la sombra. El hombre de la mascota simplemente está ahí, en su puesto, fiel a la obligación que se ha echado y a su indumentaria (además de la mascota lleva siempre un bastón) y sin ningún propósito en apariencia.
Me resulta curioso que el hombre de la mascota no sea, no haya llegado a ser después de tantos años lo que comúnmente se conoce como un personaje popular. La mayoría de las personas con las que he hablado del hombre de la mascota, como yo lo llamo, ni siquiera ha reparado en su existencia. Es curioso. Un hombre así no debería de pasar desapercibido.

No hay comentarios: