domingo, 27 de noviembre de 2011

El caballo amarillo revisited

De una carta escrita a un amigo en el exilio:
"Decididamente me he vuelto anarquista, como aquel tío abuelo mío que a los catorce años puso una bomba en un puente, y justo cuando estaba a punto de darle al detonador, lo trincó la Guardia Civil y lo infló a guantazos y patadas antes de devolvérselo hecho un guiñapo a su pobrecita madre, mi bisabuela. (La historia es verídica, me la contó mi abuelo unas quinientas mil veces.) Así que anarquista. Pero no anarquista de salón o a la borgiana manera. Sino anarquista de bomba y mecha encendida."
Me ganará la pereza, seguro.

10 comentarios:

SBP dijo...

A mí me gana el miedo...

Másdelomismo dijo...

... y además... es tan poco elegante....

SBP dijo...

¿La pereza, el miedo o la mecha?

C. B. dijo...

Bueno, vale. Pues no me hago anarquista.

Anónimo dijo...

“un burgués con una bomba en el bolsillo”, que dijo Lenin.

Jordi dijo...

Yo no puedo ser anarquista, el ruido me saca de quicio y hasta el estruendillo del más insignificante petardo me irrita. Tanto, que degollaría a quien lo haya lanzado. Si algún día apostara por la revolución, lo haría en silencio: con guillotinas y sentencias arbitrarias y eso.

C. B. dijo...

Jordi, te estás afrancesando.

Unknown dijo...

Que no te gane pereza amigo, por favor. Dame esperanzas.

C. B. dijo...

Pues sí que me da pereza, Demian. Y en el fondo, eso de poner bombas no va conmigo. Por cierto, por más que lo intento, no puedo dejar comentarios en tu blog. Una y otra vez me dicen que mi cuenta no tiene acceso. ???

Unknown dijo...

maldita tecnología...no tengo idea de qué esté pasando...