De una carta escrita a un amigo en el exilio:
"Decididamente me he vuelto anarquista, como aquel tío abuelo mío que a los catorce años puso una bomba en un puente, y justo cuando estaba a punto de darle al detonador, lo trincó la Guardia Civil y lo infló a guantazos y patadas antes de devolvérselo hecho un guiñapo a su pobrecita madre, mi bisabuela. (La historia es verídica, me la contó mi abuelo unas quinientas mil veces.) Así que anarquista. Pero no anarquista de salón o a la borgiana manera. Sino anarquista de bomba y mecha encendida."
Me ganará la pereza, seguro.
10 comentarios:
A mí me gana el miedo...
... y además... es tan poco elegante....
¿La pereza, el miedo o la mecha?
Bueno, vale. Pues no me hago anarquista.
“un burgués con una bomba en el bolsillo”, que dijo Lenin.
Yo no puedo ser anarquista, el ruido me saca de quicio y hasta el estruendillo del más insignificante petardo me irrita. Tanto, que degollaría a quien lo haya lanzado. Si algún día apostara por la revolución, lo haría en silencio: con guillotinas y sentencias arbitrarias y eso.
Jordi, te estás afrancesando.
Que no te gane pereza amigo, por favor. Dame esperanzas.
Pues sí que me da pereza, Demian. Y en el fondo, eso de poner bombas no va conmigo. Por cierto, por más que lo intento, no puedo dejar comentarios en tu blog. Una y otra vez me dicen que mi cuenta no tiene acceso. ???
maldita tecnología...no tengo idea de qué esté pasando...
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